Diez curiosidades de la Camelia Japónica, la flor para el cuidado del cabello
La Camelia Japónica es un pequeño arbusto, también llamado Rosa de Invierno de Japón, que presenta unas propiedades muy particulares para el cuidado del cabello. Símbolo de la longevidad, el amor y la felicidad, es muy apreciada en Japón, donde su aceite ha formado parte, durante siglos, de los rituales de belleza de las mujeres.
El aceite de esta planta se puede encontrar en The Tsubaki Oil, un aceite capilar antiedad que aporta luminosidad y vitalidad a cabellos maduros, frágiles y coloreados. Además, constituye un ritual de cuidado y un plus de belleza.
Pero, ¿qué sabemos de esta preciosa planta? Te presentamos 10 curiosidades de la Camelia Japónica:
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El origen de la Camelia Japónica es Asia oriental, China, Japón, Indochina y varias islas de esa zona. Esta planta llegó a Europa de la mano de los jesuitas.
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La Camelia, además de ser una de las plantas preferidas por los escritores románticos para describir jardines, es una de las 50 plantas fundamentales en la medicina tradicional china.
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Es un arbusto o árbol perennifolio excepcional por su floración otoñal, invernal o primaveral.
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Las camelias carecen de fragancia.
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Existen más de 3.000 variedades diferentes de la Camelia Japónica, número que cada año va en aumento con la aparición de otras nuevas.
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Es considerada un símbolo de longevidad, lazo de amor, feliz matrimonio, fortuna, victoria y felicidad.
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De sus semillas se extrae un aceite que utilizan las japonesas para teñir sus cabellos.
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El aceite de camelia, conocido como tsubaki, es considerado el “aceite de oliva de Asia”.
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El aceite proveniente de sus semillas se deshidrata muy poco y retiene la humedad; por esta razón, se empezó a utilizar como acondicionador del cabello y en los tratamientos de la piel, para prevenir las asperezas.
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El aceite de camelia hidrata, nutre y repara el cabello más dañado, pero también puede utilizarse para la piel.