Las últimas tendencias de belleza

Amparo Morales, Business Development Manager en Montibello, nos explica cómo ha evolucionado el mercado y nos da las claves para conocer las últimas tendencias de belleza.

Si algo define al concepto de belleza es su capacidad de mutación y su movimiento continuo. El standard de belleza ha estado ligado, desde siempre, a las distintas culturas, a sus acontecimientos históricos y, sobre todo, a los movimientos surgidos en esas sociedades.

Hoy, estamos presenciando el inicio de un nuevo cambio, quizás el más disruptivo visto hasta la fecha. Y lo hace recuperando algunos de los valores del pasado como la autenticidad, la creatividad y la importancia en elevar el bienestar y la felicidad a las personas. Sin embargo, ha añadido nuevas exigencias que defienden lo imperfecto, lo indefinido, lo instantáneo, el placer del juego simbólico, la diversidad, el compromiso, la responsabilidad, la conciencia colectiva, el cuidado propio, pero, también, el cuidado global.

Y esta nueva definición es la semilla de una serie de cambios profundos que alterarán la forma en la que consumidores y fabricantes se relacionarán en un futuro. Un futuro que ya está aquí.

El consumidor no espera

El consumidor está mutando en un mundo espoleado por la inseguridad que ha generado los últimos acontecimientos: pandemias, crisis personales, inseguridad económica y laboral, alertas climáticas y una creencia absoluta de que estamos agotando el planeta en el que vivimos.

Y empezó movilizándose a favor de la sostenibilidad, del reciclaje, de ingredientes más naturales y envases no contaminantes, pero también hacia aspiraciones más globales como la protección del agua, el aire, los animales, los bosques y la diversidad, entendiendo el impacto que esos temas tienen en el bienestar de las personas y del planeta.

Esa nueva consciencia está produciendo un cambio drástico en sus patrones de consumo implantando la filosofía del «menos es más» en sus decisiones de compra. Además, está desarrollando un pensamiento muy crítico hacia la industria y sus impactos, para acabar constatando que sus movimientos tienen la suficiente fuerza como para promover un cambio en el funcionamiento de las empresas.

Adicionalmente, el movimiento de compra online, forzado por la pandemia, ha incrementado la necesidad de las marcas, en general, de personalizar y mejorar la experiencia de compra de los usuarios. Un movimiento que se ha extendido rápidamente al mundo de la belleza y de la moda.  El salto en apenas un par de años ha sido cuántico.

El avance de la tecnología ha facilitado la creación de identidades virtuales, de avatares embajadores de las marcas, de programas interactivos inteligentes y de un espacio paralelo (metaverso) en el que el  consumidor puede crear distintos «yo», disfrutar, relacionarse, interactuar  con las marcas y teatralizar, en un espacio seguro, sus distintas personalidades. Ya se  habla  de que la verdadera identidad  va a ser la suma de nuestro «yo» físico y nuestros distintos «yo» virtuales.

Velocidad, la nueva consigna para los fabricantes 

Los retos de la industria son grandes. Los básicos de siempre ya no son suficientes, la historia de las compañías sólo es el peldaño inicial para tomar impulso.

Las empresas tienen que volver a ganar la confianza de sus clientes demostrando su proactividad en completar la nueva lista de requerimientos. La carrera es veloz, el tiempo es el enemigo de las marcas que se juegan la permanencia en la cancha o el ser relegadas al olvido en la mente del nuevo consumidor.

Nuevo horizonte

Esto hace necesario trabajar en muchas direcciones a la vez. Hablamos de cambios que abarcan la reformulación de los productos, el planteamiento de los envases, el cuidado de la cadena de suministros para asegurar su transparencia, el trato justo de sus productores, el rediseño de los procesos productivos más sostenibles, el desarrollo de las personas internas y externas de las organizaciones y la capacidad de esfuerzo para no impactar negativamente en el entorno.

Las marcas se han sumado a los movimientos de sostenibilidad de una forma decidida, aportando soluciones que no sólo minimizan los residuos, sino que evitan el derroche y ayudan a utilizar los recursos de una forma más responsable.

El segundo paso en el que está inmersa la industria es mejorar el bienestar del consumidor facilitando sus rutinas de cuidado, simplificando su vida y reduciendo su estrés. Aquí entran en juego los productos híbridos, los tratamientos duales y el mundo experiencial.

El tercero será demostrar el cuidado del resto de actores (empleados, proveedores, comunidad etc.).

Metaverso: el futuro es ya

Finalmente, se tendrán que encontrar nuevos caminos para conectar y comunicar con los consumidores en toda su diversidad y en sus distintas comunidades reales y virtuales. Es por eso que las marcas están empezando a experimentar en el metaverso, creando sus propios ecosistemas digitales con avatares, productos virtuales y espacios de experimentación que permiten probar y utilizar sus productos de forma creativa. De esta manera refleja la personalidad de su marca y facilita al máximo la interacción. Se trata, en definitiva, que el consumidor experimente y aprenda en el metaverso para luego materializar las soluciones en el mundo real.

En definitiva, nuevos tiempos, nuevos retos, mucha velocidad y un futuro fascinante para un sector que se redefine y se adapta a la evolución de un consumidor preparado, y cada vez más exigente que busca consolidar su identidad en un entorno global, diverso y solidario.

Para más información sobre las novedades de Montibello: @montibellohair_es

 

Suscríbete a nuestra newsletter

Se el primero en enterarte de los nuevos lanzamientos, las novedades de nuestro blog, ¡y mucho más!